12.2.10

NO TE RINDAS


Hoy he recibido este poema acompañado de un sencillo ¡Felicidades! Me lo enviaba una compañera con la que comparto trabajo, discusiones y muchas risas y con la que ayer hablaba del paso del tiempo y de política. El poema lo escribió Benedetti y es tan hermoso, que lo reproduzco para que lo leais.

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,
y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma
aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
porque lo has querido y porque te quiero
porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
abrir las puertas,
quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa,
ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
Estos versos se mezclan en mi cabeza con los que se repetía Mandela cuando estaba en la cárcel. Se trataba de un poema de William Ernest Henley, capaz de escribir estas palabras desde el dolor y la enfermedad. Y un político reducido a la estrechez de una celda durante 30 años, las pronunciaba diariamente. Mandela acabó siendo el presidente de su país. Todos no podemos ser presidentes, está claro, pero todos podemos ser capitanes de nuestra alma (léase, vida).

Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.

Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.

Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.
Y es que... "No te rindas" e "Invictus" son hermosas palabras, que en algunos momentos conviene gritarlas, porque son palabras de resistencia y de lucha. Los y las socialistas sabemos mucho de eso.
¡No te rindas compañero! ¡No te rindas compañera! ¡No te rindas nunca!
¡Buen fin de semana!

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