6.6.10

EL RIDÍCULO COPERNICANO

Leo a Adolf Beltrán en el País de ayer hablar del disparate copernicano, así titula su artículo y coincido con lo que plantea. Es ridículo hablar de lo que supuso para la ciencia Copérnico y relacionar ese cambio de concepción del universo con el juicio de Camps. Dos días después de la inteligente comparación del hábil Trillo, donde dije digo, digo diego. Cosas de la precipitación.
El caso es que, como señala Adolf Beltrán, se les ve muy excitados, intentando demostrar que detrás de todo esto hay una mano negra socialista. Se dedican a manipular desde la falsedad y sin pruebas, porque les suena una noticia en la prensa o porque así son, a los pocopensantes que escuchan y disfrutan de las noticias en la televisión valenciana y lo intentan con el mundo en general, pero les dura poco.
Las contradiciones son demasiadas: Camps dice que pagó en metálico sus trajes, el Bigotes que se los prestó para una sesión fotográfica; Rajoy, que intenta no meter la pata, apoya suavemente a Camps y se acoge a lo que diga la justicia, a la vez que avala que el PP la ataque al no desautorizar a Camps que insiste en su huida hacia delante, hablando de montajes. La maniobra es intentar separar a Camps del resto de los delitos, negando así su responsabilidad. Vamos que se le juzgue sólo por los trajecitos. Y de eso va el recurso que ha presentado Trillo
Seguro que veremos más en este intento desesperado de salvar lo insalvable, pero ¡qué dejen tranquilo a Copérnico! ¡que no se merece para nada estar metido en este asunto!

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