28.10.10

DE LOLITAS, LOBOS Y MISERABLES



Miserable no es sólo el infeliz, el avariento, el mezquino o el de escaso valor, también lo es el malvado, el perverso. Y tambien es un miserable el que se aprovecha de la situación como buen depredador y es tan cobarde, tiene tan poco valor, que lo cuenta cuando cree, el muy miserable, que el delito ha prescrito. Si le critican, este adalid de la libertad de expresión, se vuelve atrás de lo dicho y escrito en conversación con otro personaje, conocido por su serena interpretación de la realidad y jura por su honor, que era una licencia literaria, hablando de sí mismo.

Pero el libro esta ahí y encima se venderá más con todo este asunto. Nos queda repudiar al personaje, al hecho y a la mirada con la que los lobos con piernas de hombres miran a las lolitas. Algunas se disfrazan o las disfrazan así para hacer realidad las pesadillas de los pederastas y para dar de comer a los suyos.

Del miserable Sánchez Dragó, habló estos días I. Escolar, buscando un adjetivo con el que calificarle. En el mejor de los casos, si no es cierto, concluye "fantasma, fanfarrón y bocazas"
Pero el miserable escribía ayer en su web: ¡Qué barbaridad! ¡La que se ha armado! Efecto mariposa, tormentas en vaso de agua, mosquitos muertos a cañonazos.
¿Un artículo aclaratorio y exculpatorio? En mi vida me he visto en tal aprieto… ¿Cómo escribir sobre lo insignificante? ¿Cómo narrar lo que nunca sucedió? ¿Cómo pedir disculpas donde no existe la culpa? [...]
Para el miserable y para Esperanza Aguirre sólo es literatura. Y ahí sigue en TeleMadrid, pese a que el comité de empresa pide que le destituyan. Pero su libro no es ficción, no es una novela. El lobo dice ahora que no eran niñas: "No tenían trece años. Eso es seguro, porque trabajaban, o eso me dijeron, en una empresa. Todo el mundo, en Japón, parece mucho más joven de lo que es, y aquellas chicas no eran excepción a la regla. Es muy difícil calcular la edad de un japonés. A ellos también les cuesta trabajo calcular la nuestra.
¿Por qué les asigné esa edad? Por nada importante. Era una forma de hablar y un pellizco de pimienta en mi relato. Lo mismo podía haber dicho doce, o quince, o dieciocho".
No sé que me parece peor, lo que escribe en el libro o que lo que dice ahora. Era una forma de hablar, nada importante y decir que tenían 13 años era añadir un pellizco de pimienta a la historia. Un pellizco de pimienta en la cocina del lobo. Terror me da pensar con que sal y pimienta sazona su programa de literatura en Telemadrid. Claro que ya habló de su "pilila" cuando presentaba el informativo de la noche ¿fantasma, fanfarrón, bocazas?
Wyoming dice en el vídeo de El Intermedio en la Sexta:"Lo que no prescribe nunca es ser un sinvergüenza". Tampoco prescribe ser un miserable. Me quedo con este adjetivo.

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