Cuando las cosas no van bien, pienso en color y veo música. Este es uno de los cuadros que me hacen sonreír y que me llenan con el rojo intenso de Kandinsky. Desaparece casi la perspectiva, apenas hay profundidad, el espacio es el de cada uno y las líneas y el color llenan de plenitud.
Cuando pienso en rojo, estoy triste o furiosa, preocupada o perdida en pensamientos afectivos que desgranan dolor y ausencia. Algunas veces, alegre y decidida.
Pero cuando un barco ilumina el rojo, siento que todo es posible y veo el faro, que guía entre las aguas de un mar de resistencia y cariño, que movemos entre todos, la mirada del amigo que pronto estará con nosotros: el compañero Agus.
A mi siempre me gustó pensar en rojo, pero ultimamente...
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Hola Gely. Dicen que el mar Rojo es el más hermoso y que bucear en él es toda una experiencia. Pensar en rojo es una forma de ser ¡No tiene solución!Saludos
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