15.2.11

PARADOJAS DEMOCRÁTICAS: UN PARTIDO DE LA HORCHATA



Uno que pone las dos manos en el fuego por Camps. Tremendismo aparte, se puede quemar. Otro dice que la multa le condena al hambre. Otra que los jueces son hombres (en eso le doy la razón porque son una mayoría) y tienen su ideología, su partido... y lo descubre ahora, porque no le gusta lo que dicen. Otros proclamando al proclamado sin reunión, con reunión del comité, no me aclaro. Pero otra vez lo mismo...a ver si se atreve Génova. Rajoy, temeroso y silencioso, no se pronuncia. El PP por boca de Soraya Sez de Santamaría dice que Camps es el candidato y que todo se ha hecho de acuerdo con ellos, pero no dice cuando lo ratificara. Un despropósito, vamos.

Baños de masas y el considerarse el candidato más respaldado de las democracias occidentales ¡Uf! ilustran la paradoja de un presidente acusado, de una democracia doliente, manipulada por los medios que poseen los que mandan. El PP valenciano presenta la teoría del perseguido, una conspiración, una conjura universal, en la que nueve de los once jueces por los que ha pasado el caso ven indicios suficientes para sentar en el banquillo al Presidente de la Generalitat. Y Cospedal dice y dice, fabula y fabula, pero no aporta ni una sola prueba.

Que el caso Gürtel es un caso judicial no lo pueden negar, ni Cospedal, ni siquiera González Pons, el nuevo defensor del pueblo que lucha por la democracia. Da igual que se trate de millones que de miles, porque la corrupción no admite grados, ni matices. Quien pagaba los trajes multiplicó sus contratos con la Generalitat .

Ignacio Escolar decía hoy en Público:

"Francisco Camps, según su autodefinido, es “el candidato más respaldado de la historia de todos los candidatos de todas las democracias occidentales”. “El ambiente que se está respirando en el PP es excepcional, siempre lo ha sido, pero ahora más que nunca”, y Camps no ha tenido “otra cosa que el apoyo constante” de todos sus compañeros de partido. Todos estos entrecomillados salen de la voz del president imputado. La duda es si de verdad se lo cree o es que es tan cínico como exagerado (no tengo claro cuál de las dos opciones es peor). Pero como la cosa va tan bien, y el ambiente en el PP es tan fantástico, ya no me sorprendería que ese partido, de tan unido, un día explote porque descubre la fusión fría.

Un análisis de posibilidades. En cuestión de semanas –dicen que para marzo o abril– el juez Flors decidirá cuándo sienta al molt honorable Camps en el banquillo de los acusados. Todo apunta a que ese día llegará, por mucho que el PP ponga palos en las ruedas de la Justicia con permanentes recursos. La gran incógnita es qué hará Mariano Rajoy: si cambiará de caballo o permitirá que un imputado por soborno sea su candidato valenciano. Puede que decida continuar con Camps, más aún con el órdago que el de Valencia está echando, la falta de castigo electoral para el PP ante los escándalos de corrupción y lo poco que le gustan a Rajoy estos problemas. Pero si ya estuviese decidido, no tendría ningún sentido retrasar indefinidamente la proclamación de su candidatura, como hace Génova. ¿Y si lo quieren echar? Depende de Rajoy: el PP es un partido diseñado a la medida de Fraga donde el poder está muy centralizado. Pero si ya es un desastre para el PP el sidra party de Cascos, imaginen cómo sería una nueva escisión: un partido de la horchata".

Y con las viñetas de arriba, Fontdevila ilustra el asunto.

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