3.3.13

ENROCADOS EN LA MENTIRA



El artículo de la semana es el de Ignacio Escolar hablando del PP, de Bárcenas y de las mentiras y ayuda a la reflexión.

No sé si estamos tan acostumbrados a las mentiras que se ajustan a lo que ideamos con esa extraña manera de funcionar del cerebro de cada uno, que perdemos la capacidad de razonar y de escandalizarnos ante la falta de ética y de moral. Las medias verdades y las tremendas mentiras se ponen al servicio de los mediocres y de los manipuladores, como ayer vimos en un pequeño grupo en la puerta del teatro. Pero los datos, el tiempo y la realidad se imponen y los engañados y manipulados no lo viven bien, como sucedió con la falsa información del soterrament de las vías del tren. 

Hace tiempo me enseñaron a analizar los textos, las expresiones orales y escritas, incluso las corporales. Hace tiempo también, me enseñaron a llamar cobardes a los que huyen, sin dialogar, cuando algo les incomoda y se enrocan en la mentira. Debe ser por tradición, no sé si por ser socialista, por formación o por ser humano libre, aprendí a que las palabras se miden con los hechos y que los sentimientos y emociones se dominan con la voluntad, la honradez, la inteligencia y la coherencia y no hay rentabilidad política que se deba sustentar en la mentira. Aprendí además, a llamar la las cosas por su nombre y a no tener miedo a expresar el pensamiento, esto último, sin duda, se lo debo a la Filosofía. Por todo ello, me resulta difícil comprender como en nombre de no sé que ideología, se fustiga a la cultura  y al derecho a trabajar de los que viven del arte  y nos dan felicidad unas horas.

Así que no diré más. Ayer disfruté de una ópera -Nabuco- en el Capitolio, como muchas personas de Godella, en un teatro lleno hasta la bandera. Sé que el esfuerzo cultural de este ayuntamiento seguirá  adelante con conciertos de nuestra banda, de nuestros coros, de nuestro teatro, de los que no son nuestros, pero abren horizontes ¡Gracias Ferran Vilella, concejal de Cultura y a todas las personas, que contigo lo hacen posible!¡Gracias también al grupo municipal socialista y a los que les apoyan!

Yo sí creo, como leía hace un rato en Face, que "el arte puede cambiar el mundo". Y a eso ayuda la educación y la cultura. 

Pero Escolar incide en el "arte" de mentir y sus consecuencias. Un PP atado y bien atado por un Bárcenas al que ya casi nada le importa. Enrocados en la mentira caminan hacia el desastre, si no encuentran a un juez que les ayude.

El artículo dice así:

Todo este fango sobre el «finiquito fraccionado», la «indemnización en diferido» y el salario «simulado» que rodea el despido de Luis Bárcenas se resume rápido. El Partido Popular mintió y sigue mintiendo por no admitir que nos engañó. La bola empezó hace ya casi tres años, cuando sus principales dirigentes -empezando por Rajoy- explicaron que habían «apartado» a su extesorero imputado, que ya no estaba «en el partido». Ha seguido creciendo, con mentiras cada día más flagrantes con las que intentan, con poco éxito, ocultar la realidad: que seguían pagando un sueldo estratosférico a Bárcenas por un trabajo inexistente, una relación laboral que solo terminó el día en que El País publicó esa contabilidad manuscrita que ha puesto al Gobierno contra las cuerdas. ¿Qué compraba el PP con ese sueldazo de un cuarto de millón de euros al año? ¿Su silencio? ¿Sus servicios prestados? ¿Su complicidad?
El partido en el Gobierno sigue sin dar una explicación coherente, probablemente porque no la puede dar sin que al tiempo llegue al menos una dimisión. Bárcenas tiene un primer objetivo: tumbar a la secretaria general, su gran enemiga, María Dolores de Cospedal. No va mal. Cospedal-que también está enfrentada con Soraya Sáenz de Santamaría y Javier Arenas- se está convirtiendo en el único fusible que hoy puede saltar para detener este cortocircuito antes de que vaya a más. Sin embargo, está por ver que en este país vayamos a ver una dimisión si no es por orden judicial. Y a favor de la secretaria general juega el marianismo de un presidente capaz de mantener a Ana Matocomo ministra del confeti y la sanidad.
En privado, fuentes del PP reconocen que el sueldo existió y que se pagaba porque el partido creía en la inocencia de Bárcenas. También admiten el error de no ponerse una vez colorado en vez de cien amarillo y seguir en este abochornante balbuceo fraccionado en el que chapotean sus portavoces hoy. Es una excusa similar a la que el PP transmitía a toro pasado sobre los trajes de Francisco Camps y su enroque en una mentira que al final lo mató. El «despido fraccionado simulado» es el nuevo «yo me pago mis trajes».Toda incompetencia lo bastante avanzada es indistinguible de la maldad, pero hay un punto importante en esta excusa off the record que no acaba de cuadrar: el chantaje, cada día más obvio. Si Bárcenas les engañó ayer, ¿por qué hoy lo siguen protegiendo? ¿Por qué nadie se atreve siquiera a nombrarlo ni a decir una mala palabra contra él? ¿Por qué tampoco han tenido tiempo de presentar una denuncia contra Bárcenas cuando él ya ha puesto dos al PP? Y la pregunta más terrible: si el PP no tiene nada que ocultar, ¿por qué teme tanto a Bárcenas? ¿Qué secretos guardan esas nueve cajas que se llevó del PP como para que el extesorero pueda permitirse una presión tan brutal?

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