3.5.09

SECRETOS, INSTITUCIONES Y CAMPS

SUPERSTAR
Leer la prensa no ayuda siempre a entender lo que pasa. Claro, se entiende que cada uno lee la prensa afín. Hace un tiempo leía en el blog de Amparo Sampedro, de Rocafort, que ella sí que oía a Jiménez Losantos, porque era la mejor manera de saber cómo pensaban ellos. Me hizo reflexionar, aunque no pude, lo reconozco, oír a Federico. Pero sí prestar más atención a lo que dice determinada prensa, que no compraré, pero que leo gracias a Internet y a un compañero de la comarca que hace unos resúmenes estupendos.

Cuando presentan a Francisco Camps como un mártir inocente, que es capaz de poner la otra mejilla, al decir que "nunca guardará rencor por estos días tan horrorosos" y que "aunque tiene unas ganas locas, locas, de explicar todo lo que hay, que no es nada, no puede hacerlo porque hay secreto de sumario", siento que no entiendo nada. Ya que así, nuestro President, no responde a las preguntas que le hacen en las Cortes Valencianas. Los diputados del PP le aplauden y Costa abre los brazos como si se tratara de una representación de Jesucristo Superstar y se ríen de nosotros.

Cuando después, leo y oigo en Público, las conversaciones difundidas por la Ser entre Correa y Crespo, que fue secretario de organización del PP gallego y evidencian la trama del caso Gürtel, además de las conocidas del "amiguito del alma"; y vuelvo a leer, como apela Camps, al secreto del sumario, roto por las "filtraciones". Siento que pone en evidencia su intento de escapar por la puerta trasera en lugar de afrontar responsabilidades.
El conflicto entre el secreto del sumario y la libertad de información es antiguo. Pero imaginad por un momento lo que hubiera podido suceder sin conocer esas "filtraciones", silenciar, archivar, olvidar...Por eso, al leer un artículo de opinión de Adolf Beltrán en el País de ayer, bajo el título de Transparencia, en el que recuerda la necesidad de elaborar una ley de Transparencia, que regule la transparencia informativa, he descansado y he empezado a entenderlo casi todo.

Y es que los secretos en las Instituciones, que son públicas, no pueden existir, porque son públicas, es una contradicción "in terminis". Vamos, que secreto y público son contradictorios y que si hay facturas se presentan y en el ámbito privado, uno puede tener "sus secretos", cómo no, ya que privado y secreto no son contradictorios.
¡Qué descanso volver a la lógica!
Leed el artículo de Adolf Beltrán

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