19.8.09

HILLARY Y ANGELES MASTRETTA

Foto de ABC.es
¡No me sigan chingando!
Me encantó un post (entrada) de Ángeles Mastretta en su blog Puerto Libre, hablando de Hillary Clinton y contando su enfado ante la pregunta de un estudiante en el Congo, sobre lo que pensaba su marido respecto a un tema financiero. Lo reproduzco, porque el tono y las palabras que utiliza esta escritora mexicana hacen de la anécdota un grito ¡No me sigan chingando!

"Desde que llevaba como título primero el de esposa del Presidente de Estados Unidos, ese marido de pito pronto, inteligente y encantador, ella tenía consigo una colección de preguntas y una urgencia de saber que no dependía de su lugar conyugal sino de su propia vocación y talento. Ella era una compañía, pero era mucho más que eso. Era una pareja, pero también un persona libre, dueña de su propia audacia, de su sonrisa, su seriedad y sus pasiones. Creo que por eso tomó el asunto de la novia chupadora y sus secuelas como lo que fue: un tropiezo conyugal que dependía de ella convertir en catástrofe o en un acto de condescendencia amistosa. Después de tantos años y tantos líos, lo menos que puede suceder es que uno sea no sólo cónyuge sino amigo de su cónyuge. Eso había en su tono. Supongo, por supuesto, que ella hubiera preferido no saber cómo calmaba su marido el tedio de la oficina oval, que él le ahorrara semejante escándalo, que hubiera tenido una becaria dispuesta a jugar sin guardarse el vestido para luego producir un lío y sacar a Clinton de la panza de la ballena en que según la Biblia y García Márquez debió decir que estaba metido.

A mí me gusta esa mujer. Y me gusta aún más ésta que vi en el video del Congo. Mientras oye la pregunta tiene puestos los audífonos para escucharla. Al terminar de oírla se los jala de los oídos y le responde a su interlocutor que ella no es un canal de su marido, que si le pregunta a ella su opinión la dará, pero que la Secretaria de Estado es ella, no su marido, y que de ningún modo tiene porque hablar de lo que él piensa. Hay en su mirada más que eso. Hay un no me sigan chingando con el tema de mi marido, me ha costado la vida quitármelo de encima o tenerlo encima sólo cuando se me da la gana, me ha costado quizás la presidencia de mi país, me ha costado más de una sonrisa. ¡No me sigan chingando!
¿Qué quieren que les diga? Me encantó Hillary".

Y a mí, me encanta como lo cuenta Ángeles Mastretta.

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