El vídeo es interesante. Un buen presidente y un problema antiguo. La serie "El ala oeste de la casa blanca" presenta la situación: la injerencia de los que sin razones se atreven a utilizar argumentos religiosos para asuntos estrictamente civiles, en este caso la condena a los homosexuales. El fundamentalismo religioso se ha detenido en el tiempo sin comprender que hemos cambiado y además se contradice como evidencia el presidente. En el vídeo hay una periodista que me recuerda a Isabel Sansebastián. ¿Será por el físico? No creo...
Estos días hubiera podido gritar ¡Salid a la calle por el derecho a la vida en contra de la pena de muerte!
Rouco Varela, en relación al aborto, afirmaba recientemente, que "la vida sólo es de Dios" y que no se puede jugar con el derecho a la vida, y menos pensar que el Estado es el dueño del derecho a la vida. "Colocarse en esta posición intelectual, ético-moral, de concienciación de la ética, del derecho, partiendo de un supuesto de que el Estado es el dueño del derecho a la vida, es empezar a bajar por una pendiente que no sabemos a dónde nos puede llevar" ¿Qué os parece?
Y lo afirmaba tranquilamente un representante de una institución, la Iglesia, responsable de tantas muertes y que descendió por la pendiente del horror en su caza de brujas particular y en sus condenas a la herejía. Y es que ¿la vida sólo es de Dios o sólo es de la Iglesia? ¿Se acabó de verdad la Santa Inquisición?
Leí hace tiempo que existe una paradoja perversa, que no parece superarse aún, en la historia de Occidente en general y del cristianismo en particular: querer defender valores espirituales con la herramienta del poder secular y así asegurar los derechos de Dios (y también los derechos de algunos pocos con la complacencia de Dios) por jurisprudencia humana".
Lo leí en la conclusión de un estudio sobre el Maellus Maleficarum y lo firmaba Oswaldo Tangir que añadía: "esa misma iglesia que en la época del humanismo se cerró a la evolución de la medicina, de la física y de las ciencias naturales, que defendió como dogma la existencia de la brujería; que participó en el ultraje, sojuzgamiento de miles de hombres y mujeres en nombre de la cruz y bajo el signo de la hoguera, la que calló y acalló como norma tallada en piedra los pecados del poder tuvo en el Maellus su mejor instrumento".
El Malleus Maleficarum (Martillo de Brujas), publicado en Alemania en 1487, es un tratado en el que se explica cómo reconocer, actuar y castigar la brujería. Un libro terrible que destila odio a las mujeres. Fue compilado y escrito por dos monjes inquisidores dominicos, Heinrich Kramer y Jacob Sprenger y aunque fue rechazado por algunos teólogos, es probablemente el tratado más importante y más reproducido de esa época.
Explica por qué las mujeres, por su supuesta "naturaleza más débil e intelecto inferior", son por naturaleza más propensas a la tentación de Satán que los hombres. El propio título del libro contiene la palabra maleficarum, la forma femenina del sustantivo, y los escritores declaran (incorrectamente) que la palabra femina (mujer) es una derivación de fe+minus, sin fe (o infiel, o desleal). La tortura en la detección de brujas es vista como algo natural; si la bruja no confesaba voluntariamente su culpa, la tortura era aplicada como un incentivo para confesar. Los jueces eran instruidos para engañar a la acusada de ser necesario, prometiendo misericordia por la confesión.
Y ya sabéis lo que pasaba después de la tortura, "la sentencia comedida", el castigo público, la hoguera, el olor a carne quemada, el espectáculo... La literatura y el cine nos lo han mostrado (En nombre de la Rosa, La pasión de Juana de Arco, La sangre de los inocentes, La reina oculta y un montón más). Pero también han quedado testimonios escritos de esos juicios y crónicas de los sucesos.
Esa idea de que el enemigo es la mujer, la mujer-bruja y embrujadora, a la que hay que atemorizar, condenar y encarcelar, parece permanecer en el inconsciente colectivo de algunos de los hombres que hoy dirigen la iglesia española.
Por si tenéis interés en leer el estudio previo y el Maellus os dejo una dirección de Internet. Su lectura me costo algunos días de dormir mal y un acento crítico mayor sobre el tema. Pero también comprendí que no es nuevo ese miedo y ese odio a las mujeres, que ha crecido con ellos. Por eso, es tan importante el laicismo en un Estado, que legisle desde la razón y no condene desde las creencias, para así, superar las desigualdades y atender a los derechos de las mujeres ¡Ánimo ministra!
Por cierto, que escribi esta entrada a las 8 de la mañana y nada más hacerlo este blog y el de otros muchos se quedó en suspenso y daba un error. He perdido información y he reescrito la entrada ¿Será el Maellus que actúa contra l@s socialistas?
¡Buen fin de semana!
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