En la cárcel de Picassent, treinta y cinco presos han participado en un taller de poesía dirigido por cuatro maestros, entre ellos Carlos Marzal. Los poemas de los presos, desgarradores y melancólicos, formarán parte del libro «Poemas desde la prisión»
Paco Cerdá en el Levante contaba la última sesión del taller y su artículo empezaba así:
"A las cinco de la tarde se abrieron los barrotes de las celdas y los muros con alambres de púas se vinieron abajo en Picassent. Ningún funcionario lo notó. Entre otras cosas, porque sólo había ocurrido en la mente de 35 presos, los que forman el club de lectura del pabellón de preventivos. Este martes se sentían libres, una libertad que hacía tiempo que no recordaban, gracias a la poesía. Puede sonar exagerado o forzadamente poético. Pero así lo contaban los protagonistas que compartieron versos con el Premio Nacional de Poesía Carlos Marzal, en la última sesión del taller literario impulsado en el penal de Picassent por el poeta Abelardo Martínez. Marzal hizo de maestro. Les explicó que la poesía debe ayudar a comprender el mundo y a entenderse a uno mismo. Que debe ser clara y fácilmente inteligible. Y que, en última instancia, un poema pertenece a su lector. Por ello, quiso regalarles algunos versos, recitados en la calma de un salón con una ventana enrejada de azul tras la que caía, lentamente, la tarde" [...]
Poesía y libertad caminan juntas, incluso desde la cárcel. Libertad de pensamiento, de emociones, de palabras y de silencios. Libertad que es de todos y todas, poesía escrita y sentida por alguien, que se hace realidad al ser leída.
La noticia me hace pensar en nuestro poeta, Miguel Hernández, que presidió las Juventudes Socialistas de Orihuela y que murió en la cárcel. Un poeta del pueblo, que probablemente nunca leyó "El Capital" pero que supo transmitir amor e ideología en sus versos. Miguel Hernández, encerrado en la cárcel al terminar la guerra civil, trasladado al Reformatorio de Adultos de Alicante, compartió celda con Buero Vallejo. Allí enferma y muere de tuberculosis. Imaginad el estado de las cárceles.
Miguel Hernández decía que la misión del poeta es conducir los ojos de las gentes a cumbres más hermosas. Escribió Perito en Lunas, El rayo que no cesa, Viento del pueblo y un poema que siempre me ha impresionado "Eterna sombra" y del que os escribo las dos últimas estrofas:
Turbia es la lucha sin sed de mañana.
¡Qué lejanía de opacos latidos!
Soy una cárcel con una ventana
ante una gran soledad de rugidos.
Soy una abierta ventana que escucha
por donde va tenebrosa la vida.
por donde va tenebrosa la vida.
Pero hay un rayo de sol en la lucha
que siempre deja la sombra vencida.
El taller de poesía me ha parecido una noticia interesante, una iniciativa que hace de la cultura un arma de vida y que forma parte de nuestros valores socialistas.
Leed el artículo de Levante completo y más información del taller en la página de Abelardo Martínez.
Levante http://tinyurl.com/yjznxla
Y por si os interesa información sobre Miguel Hernández.
La poesía también vive en Rocafort, la población vecina, que recuerda a Antonio Machado.
Desde noviembre de 1936 hasta marzo de 1938, Machado vivió en Rocafort en Villa Amparo, una casa junto a la estación. El viernes día 27 se hizo un acto con lectura de poemas e inauguración de una exposición en la Casa de Cultura de Rocafort, bajo el lema "Rocafort recuerda a Machado".
Un proyecto de Republicanos de Rocafort, AAVV Antonio Machado de Rocafort, Grup Esportiu I Recreatiu de Rocafort y Asociación Cultural La Pedrera. Más información
Vaya, ha sido una sorpresa haberme encontrado con este blog y la noticia de este martes pasado, un saludo.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por el taller!
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