18.1.13

LA SANIDAD RECORTADA NOS AFECTA CADA DÍA MÁS



Artículo de El Ventall, Boletín de la Agrupación Socialista de Godella, Diciembre 2012.

"Si la farmacia se está convirtiendo para muchos en un conflicto, porque el sistema de la tarjeta electrónica se puso en marcha en un momento en el que los farmacéuticos exigían lo que la Generalitat les adeuda, que no es poco. Súmale los contratiempos que genera la receta en relación a las fechas, los genéricos, las colas y el hartazgo de todos. La Sanidad Pública ya no es lo que era, pero ¿en qué se convertirá?

La reducción de personal es un escándalo, han desaparecido las sustituciones por jubilación y por enfermedad -¡Qué mi médico no coja la gripe, que nos reparten entre los que quedan!- La proporción de médicos/as por número de tarjetas, recomendada por la Consellería de Sanidad es de 1.500 personas por cada uno y en Godella está más que superada. Pero además, este es un Centro Docente, que enseña, por lo que el número de tarjetas debería reducirse un 20% y de eso… ¡nada de nada!

Y qué decir de las especialidades, aunque tengas un fantástico médico/a de cabecera, si tienes un problema que requiere la visita del traumatólogo ¡aguanta los machos! El ordenador le dice que no tienes fecha hasta junio y si el problema es de ojos, la visita al oftalmólogo se alarga casi lo mismo. Las otras especialidades oscilan entre tres y cuatro meses, incluida la cirugía. Solución: te vas a urgencias del hospital o te gradúas la vista en la farmacia o si te duele la cadera llegas con ella rota a la consulta del especialista ¡Un desastre! Un ejemplo: hace poco llamaron a un conocido desde un hospital para ofertarle, como suena, una operación que tenía pendiente en un Centro Privado a cargo de la Sanidad Pública en una semana y si decía que no, la espera sería de algunos meses más ¡Qué vergüenza! La causa está clara, no hay suficientes médicos en esta Sanidad recortada. El dinero de esta Comunidad ha ido a donde todos sabemos: bolsillos de algunos, grandes eventos, visitas y viajes…¡Cómo no vamos a estar cabreados!

La última expresión de la poca cabeza de los que dirigen la Sanidad Valenciana es recortar los médicos de guardia en los Centros de Salud. En Godella, si trabajas por la mañana, tu médico te puede atender por la tarde un día a la semana y además, hay otros dos facultativos desde las 15:00h hasta el día siguiente. Pero si se cumple el “osado proyecto sanitario” solo estará uno y tú médico además de sus pacientes acogerá a las urgencias, si el otro ha tenido que salir a atender un aviso a domicilio, pongamos por caso, un infarto. Pero la cosa se agrava por la noche, a partir de las 21:00h. tu médico ha cumplido su jornada y se va a su casa y solo, solito se queda uno, que debe atender las urgencias y los avisos a domicilio. Total unas 21.000 personas, pues el Centro de Salud atiende las urgencias de Rocafort y Godella. ¡Qué no nos pase nada!

Por cierto ¿Conocen a algún pensionista al que le hayan devuelto en la cuenta donde cobra la pensión el re-copagado del dinero adelantado al comprar los medicamentos?"


Hoy que el Consell, finamente habla de las urgencias, porque con una deuda de unos 800 millones de euros, ve lógico que si hay puntos con poca asistencia se plantee "reordenarla, ofreciendo alternativas" y reordenarlas significa cerrarlas y modificar el horario, puede ser cerrar durante la noche o durante doce horas y las alternativas, ni te digo. No puedo dejar de pensar en los eufemismos con los que el PP enriquece nuestro vocabulario.

Así que cuando he leído este comentario  en la noticia El Consell estudiará reordenar las urgencias del Levante, con el que coincido y explica mejor que yo lo que pienso, os lo transcribo y lo suscribo. Lo firma Hanna y los lobos

"Cuánta riqueza para la próxima edición del Diccionario de la Real Academia, no van a dar abasto para tanta nueva acepción como deberán considerar en virtud de tanto eufemismo que produce el PP a diario. En este caso concreto: reordenar urgencias (cerrar el servicio en su totalidad, o durante toda la noche), ofrecer alternativas (enviar a los pacientes al pueblo de al lado, a setenta, ochenta, cien kms.), modificar el horario (cerrar doce horas, esas que recogen los casos más graves, como sabe cualquiera con dos dedos de frente, las nocturnas), etc. Quiero suponer que, al pie de todas esas acepciones de nuevo cuño, se mostrarán expresiones sinónimas del tipo: poner en peligro la vida de un ciudadano, disponer de ella a capricho, o incluso algo de mayor enjundia lingüística: atentar contra la vida de las personas. Y en la prensa, al margen de la Real Academia, insertar los medios codiciados espacios para insertar publicidad de plazas en jardines de reposo eterno, mármoles con inscripciones a capricho, servicios funerarios, misas por las almas las parroquias, y así ad infinitum... Este país, al fin, saldrá adelante".

¡Qué, qué! 

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